ACADEMICUS



UN PUENTE ENTRE EL MUNDO ACADÉMICO Y UNIVERSITARIO Y LA SOCIEDAD.


sábado, 5 de septiembre de 2009

MINETTI : o el poema de la soledad del hombre contemporáneo.

por ALEJANDRO A. DOMINGUEZ BENAVIDES



"Si queremos alcanzar nuestro objetivo tenemos que ir siempre en la dirección contraria." MINETTI

Esta frase tomada del texto dramático de Thomas Bernhard que se está representando en el CELCIT, en Buenos Aires, encarnada por Juan Carlos Gené bajo la dirección de Carlos Ianni , -y que al mismo tiempo estuvo en cartel en el Théatre du Nord de Paris interpretada por Michel Piccoli- ha sido y es la actitud del artista para de ese modo poder "expulsar la estupidez- -como dice el personaje Minetti- ponerse la capucha del ingenio con la capucha del ingenio asfixiar la estupidez la sociedad todo asfixiar con la capucha del ingenio".
En 1976, Bernhard quiso rendir homenaje al actor alemán Bernhard Minetti (1905-1998 del que se recuerdan trabajos inolvidables como el Fausto de Goethe, y obras de Becket, Genet, Durrenmatt y Strindberg) y escribió una obra, para que aquél la representara. La pieza no es biográfica sino que reflexiona, entre muchas otras cuestiones, sobre la tensa relación del actor frente al personaje.
Trece años más tarde –el 29 de enero de 1999- asistimos, a pocos días de la muerte de su autor, al estrenó de Minetti en Buenos Aires en el Espacio Cultural Babilonia que estaba en la calle Guardia Vieja al 3300.
El elenco lo encabezó Aldo Braga –Minetti-, María Comesaña, Alfredo Andino, Santiago Giorgini , Vanesa Strauch y un numeroso grupo de actores formados en la entonces promisoria –hoy inexistente- Comedia Juvenil del Teatro San Martín. La escenografía y el vestuario fueron realizados por Stella Rocha y la iluminación estuvo a cargo de Jorge Pastorino y la dirección general de Roberto Villanueva.
Durante un fin de semana de noviembre de 2007, en el Teatro Tadrón vimos una fugaz puesta y dirección que duró solamente un fin de semana de Ernesto Calvo y la actuación de Juan Carlos Moretti un excelente actor integrante activo de “El Galpón” de Montevideo. Y ahora Juan Carlos Gené celebra sus ochenta años con esta entrañable obra.
La historia transcurre en el hall de un viejo hotel de Ostende (Bélgica), durante la noche de un 31 de diciembre. Minetti es un actor que vivió recluido por negarse a hacer papeles clásicos llega con un equipaje enigmático según él para reunirse con un importante director de teatro que le propone volver a escena protagonizando al Rey Lear de Shakespeare. Durante el tiempo de espera, el actor hablará de si y de un tema recurrente la máscara que le hizo el pintor belga James Ensor.
La alusión a este artista que influyó en el expresionismo y el surrealismo del siglo XX, no es casual, si reparamos solamente en una de sus pinturas: “Las máscaras escandalizadas”. Y Minetti vive atormentado por esa máscara y por el escándalo de un juicio inicuo, ¿que juicio no lo es…? La paradoja es que habla tanto de esa máscara que termina desenmascarándose.
Su parlamento es el de un hombre herido en su amor propio. Condenado al olvido por sus contemporáneos, un hombre que día a día durante treinta años recitó con la máscara frente a un espejo a ese Lear que quiere “interpretarlo una vez más” para superarse. “Sólo una única vez señora después nunca más Sólo una única vez”
La puesta de Carlos Ianni apeló a una escenografía despojada y a un cuidadoso vestuario ambos, a cargo de Carlos Di Pasquo. Un manejo de la luz preciso que acompañan los estados de ánimo del protagonista, utilizando luces blancas y una bien lograda penumbra. Sin embargo nos pareció inapropiado el trabajo que hizo Ianni al reescribir el texto dramático.
Las características del estilo personal de Bernhard: texto explicativo, sin puntuación gráfica, pero con la música del verso estuvieron ausentes y repercutió en la composición de los personajes, Ianni no logró convertirlos en marionetas intelectualizadas que dan lugar a la impiedad, el ridículo, la aniquilación racional y la deliberada autoagresión.
Por encima de la reescritura del texto dramático o “dramaturgia” que no comparto está la actuación de Juan Carlos Genè , compone un personaje memorable. Genè no solamente tiene el physique du rol para encarnar un Minetti en el cepúsculo de su vida sino que imprime a cada palabra el tono exacto, el matiz que corresponde, la exasperación que domina en un in crescendo admirable. Pasa de un estado de anímo a otro sin ninguna dificultad. Un gran trabajo de un octogenario con vigor juvenil que podría encarnar a Lear y deleitarnos con varias funciones
Su partenaire Maia Francia –la señora- en cambio no logró componer el personaje con convicción: los movimientos sensuales de su cuerpo acompañados por modulación de su voz lo transformaron en una versión un poco confusa y esterotipada.
Un protagonista más es el mural que reproduce ese patético oleo de Ensor “Autorretrato con máscaras” (1889), magnifico trabajo de Fernando Díaz, Solange Krasinsky, Violeta Bernucci, Alejandro Castro y Analía Schiavino y la acertada banda sonora de Osvaldo Aguilar. “La obra de Bernhard -decía el director Roberto Villanueva- es un poema sobre la soledad del hombre en el mundo contemporáneo; en el medio de esa tormenta que es el mundo”. Y en está versión de Minetti lo podemos constatar.
NOTA PUBLICADA EN EL MENU DE BUENOS AIRES

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