ACADEMICUS



UN PUENTE ENTRE EL MUNDO ACADÉMICO Y UNIVERSITARIO Y LA SOCIEDAD.


sábado, 19 de mayo de 2012

SALLINGER de Bernard-Marie Koltes Entre el caos y el aburrimiento. Por Alejandro A. Domìnguez Benavides

Duración: 120 minutos Ficha técnico artística Autoría: Bernard-Marie Koltés Traducción: Violeta Weinschelbaum Actúan: Céline Bodis, Lucrecia Capello, Roberto Castro, Amaya Lainez Le Déan, Luciana Lifschitz, Javier Lorenzo, Francisco Lumerman, Ana Pauls, Martín Slipak, Diego Starosta Vestuario: Julio Suárez Escenografía: Paul Desveaux Iluminación: Gonzalo Córdova Música: Vincent Artaud Casting: María Laura Berch Asistencia artística: Mariana Cecchini, Amaya Lainez Le Déan Producción ejecutiva: Céline Bodis Dirección: Paul Desveaux El estreno de “Sallinger” del escritor francés Bernard-Marie Koltès (1948-1989), en la sala Casacuberta del Teatro San Martín nos plantea algunos interrogantes: ¿qué sentido tiene exhumar un texto dramático que cuenta con treinta y cinco años? ¿ qué nos quiere decir a los argentinos de 2012? ¿A quién va dirigida? No me ocuparía de esta puesta si la hubiese producido una cooperativa de actores o la billetera de un poderoso empresario de la calle Corrientes. Allá ellos con sus éxitos y fracasos. Me preocupa que la producción de este espectáculo de dudosa calidad este a cargo del Complejo Teatral de Buenos Aires y Compañía Teatral l´éliotrope, vale decir, que los contribuyentes lo hayan sufragado en alguna proporción. En cuanto a la primera pregunta el director Paul Desveaux, que ya dirigió en nuestra ciudad a Mirta Busnelli, Javier Lorenzo y Celine Bodis, en Hasta que la muerte nos separe, de Rèmi De Vos, en 2010, leemos en el programa de mano: “Buenos Aires es sin duda el mejor lugar para volver a atravesar la obra de Koltès. No sólo porque los actores argentinos conocen poco sus textos y por lo tanto tenemos la ventaja de trabajar en territorio virgen, sino también porque ellos tienen una energía, una precisión, una locura particular en el cuerpo, que corresponde con los sentimientos trágicos que atraviesan la obra”. Los motivos que da el director no me convencen. Koltès no es un autor ignorado en nuestro campo teatral, algunas de sus obras se han estrenado con éxito bajo la dirección de Alcón, Fanego y Hacker en nuestra ciudad y si se suma su difusión en las escuelas de teatro el efecto es multiplicador. En cuanto a las virtudes que resalta de nuestros actores son aplicables para interpretar a otros autores dramáticos. Koltès es un autor interesante pero tampoco exageremos… La puesta de Desveaux es exageradamente realista. Retrata el mundo norteamericano- con los ojos críticos de un francés- Esteorotipada e insípida. La historia comienza con el ingreso, por una de las entradas de la sala, de un ataúd llevado por un pequeño grupo. Las luces todavía encendidas el público todavía está acomodándose el cortejo avanza. En el escenario dos mujeres aguardan. A partir de ese momento el espectador intentará develar el misterio de una historia sencilla pero complejizada hasta el caos. El enterrado es el Colo un ex combatiente de la Guerra de Corea que se suicidó en Nueva York. Carola su mujer no participa de las exequias prefiere quedarse en el cementerio hasta poder enfrentarse con la familia del difunto. A partir de un breve diálogo con su amiga June donde ataca a los intelectuales que adoptan posturas para sentirse diferente al resto de la humanidad. El parlamento es irónico y cínico nos anima que el texto espectacular puede ser prometedor. La esperanza dura una escasa media hora y las expectativas se desvanecen. Durante la hora y media subsiguiente se sucederán los monólogos largos, tediosos, caóticos de sus hermanos Ana, Leslie de “Ma” y “Pa”, cada uno aporta la visión que tenìan de El Colo, el sueño americano, la guerra, el abuso de poder todo enmarcado en un sinsentido prefabricado . La traducción de Violeta Weinschelbaum no es acertada utilizó un vocabulario porteño vulgar de clase media baja plagado de palabrotas exageradas y redundantes que producen hartazgo. La escenografía y la música son por lo menos coherentes con el realismo exacerbado del texto espectacular: dos enormes bloques de metal se convertirán en uno en el interior de una casa, un living con algunos muebles el otro en una bóveda donde dejarán el féretro. Además de viejo automóvil que conduce un amigo de Leslie desilucionado con el mundo norteamericano que no se privará de “deleitarnos” con un discurso crítico. Otro monólogo más. En cuanto a la dirección de actores Desveaux no aportò nada novedoso. La aparición de “El Colo” para dialogar con su hermano Leslie es un recurso poco original sobre todo el final cuando con una tabla de surf lo incita a que para que se enrole en el ejército se calce el uniforme y parta a defender en una nueva guerra a los Estados Unidos como Pa y como él . Los actores hicieron lo que pudieron o lo que Desveux quiso que hicieran. En síntesis la puesta pone de relieve que la incomunicación de la familia conduce al suicidio de la sociedad. Un nuevo canto de sirena de la decadencia del Imperio Americano. Es sabido que Kòltes, si bien admiraba al escritor Salinger con una “l” no intentó en su texto dramático hacer un homenaje lo cierto es que Desveaux ni siquiera logró transmitir el clima que el escritor norteamericano imprimió en su obra al contrario problematizó de tal manera el texto espectacular que no vale la pena que el espectador pierda cruelmente dos horas de su vida.

No hay comentarios: